sábado, 4 de noviembre de 2023

Nuestro hogar es un mundo sin fronteras.

Ebrios de gozo y de vida, 
caminamos bajo el sol, franqueando 
un nuevo  horizonte.
La casa se queda pequeña, ante la amplitud 
del mundo, que se revela entre un entramado 
de senderos y caminos.


Ante nuestros ojos, no hay más frontera
que esa línea que se pierde en la lejanía,
para que cielo y tierra se besen en la distancia.
El mar, como una inmensa lágrima 
de emociones insospechadas y la tierra,
femeninamente bella, mostrando 
los senos altivos de sus cumbres
 o sus oquedades de íntimo misterio,
no revelado, no declarado ante el rugido 
de las tormentas o ese viento ligero 
y fugaz, que arrastra voces de inequívoco 
acento.


Ruge la vida en esa exaltación que late
y suspira, mostrando las hojas recientes
vistiendo el yermo dolido, 
para que una bendición de mineral lluvia 
de prístina pureza, disloque el aciago destino 
de su árida garganta y suene su voz,
antigua y perenne en nuestros oídos.


Ebrios de gozo y de vida,
caminando bajo el sol, con las manos 
levantadas hacia  el cielo, con la esperanza 
de un mañana que se abra cada amanecer 
obsequiándonos un nuevo día.


Escrito en Noviembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario