Menguando como la luna, en la oscuridad
de mi noche, disminuyendo poco a poco
la llama de tu vida.
Tu vida, que permanece y anida
entre los más bellos recuerdos que conservo
de tu persona.
Hemos amado juntos el arte, la música
y la poesía, como una sola alma,
repartida en dos cuerpos.
Hemos amado la belleza y los encuentros,
disfrutando de las mieles
de una sólida amistad .
Tú hiciste nido en mi corazón, por eso
no voy a permitir, que la muerte me arrebate
tu presencia en mi vida.
Siento por ti un amor, como se quiere
a un hermano, a un padre o a la mejor versión,
que una persona puede dar de sí mismo.
No soy capaz de escribir versos
con el alma rota, tan sólo los sentimientos
que brotan a raudales, desde mi mente
y mi corazón hacia tu persona.
Tu espíritu flota en la atmósfera
y endulzas el aire con tu sonrisa
y tus blancos cabellos, como las crines
del corcel, que siempre ha galopado
en tu imaginación.
Nos dejas tu obra y tu imagen,
impresa en nuestras memorias...
¡Para siempre! Más allá de los siglos,
siempre unidos en la belleza y la amistad.
Hasta pronto, Rafa.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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