al desplegarse en raudo vuelo.
Dos rubíes de sangre y fuego, se muestran
en sus pupilas y en esa amable conjunción,
se rompen los esquemas
de una sólida arquitectura, que no tiene
lugar, ni cabida en nuestros sueños.
Sobre nuestras cabezas hay una rotación
en círculos concéntricos, que emulan
el paso de la razón, segundos antes
de producirse la rotura de los espejos,
sobre la pantalla quebrada de todas
nuestras expectativas.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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