¿Un misterio, una voz que susurra,
o una sombra, que suavemente se desliza,
huyendo de la luz para ocultarse?.
El enigma está servido, sólo se puede sentir
su presencia con la piel desnuda
y los párpados cerrados.
Sólo se puede intuir su latido
en la profundidad del silencio ...y sus notas,
quedan suspendidas entre los alambres
que sujetan nuestros destinos.
Algo envuelve las vidas que rozan la ternura
y no es la piel descubierta, ni las miradas
furtivas, que se posan sobre
la blancura inmaculada de una sonrisa.
Es ese presentimiento, que señala
un acto por suceder, en una espera
que se prolonga como un hilo de seda,
con el que se teje la tela de araña,
que enreda nuestras vidas y nos hace
partícipes de los momentos más hermosos.
Es ese ocupar espacios sobre las madejas
que hilamos con nuestras voluntades,
en los encuentros más gratos.
Es ese desprenderse del temor,
en un abrazo que va más allá...
Al encuentro de un alma tan solitaria
como la nuestra.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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