miércoles, 31 de marzo de 2021

Una lágrima de añoranza, la borra el tiempo.

Ahora que el otoño graba sobre mi alma 
sus hojas bermejas de melancolía 
y los charcos de agua, recogen cada uno
de los momentos tristes, que vagaron 
en un tiempo que duerme,
entre páginas amarillentas...


Has de saber, que he buscado el amor 
y he llamado a todas la puertas, tras las cuales 
te ocultabas de mis sonrisas y mis esperanzas.
He trasnochado hasta encontrar la luz
de tu amanecer y el cielo me mostraba 
un horizonte, cada vez más lejano, 
tan inmenso como mis ansias de encontrarte.


Quisiera que supieras de mi amor, 
no como una leyenda épica, sino como
una constancia en el tiempo, dorando 
cada instante en esa espera,
que irremediablemente se muestra
al final de nuestros días.


¡Es tarde ya!...dirás, y entonces 
recordarás cada impreciso segundo 
que nos separó y te preguntarás...
¿Qué hubiera sido de nosotros, si hubiera 
aceptado?.
Las huellas siempre se borran,
con otras huellas que pisan sobre 
los mismos pasos.
Nada se detiene, y todo ocurre,
porque tal vez deba ser así...

aunque parezca inexplicable.


Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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