y golpea la columna vertebral del ánimo,
con su frío aliento.
Hay pájaros metálicos que bailan dentro
de las jaulas de las mentes enajenadas,
mientras la oscuridad se cierne
con su ala negra, sobre los párpados
carentes de pestañas,
por el insomnio incontenido.
Se acelera el pulso hasta la locura
y estallan en las sienes, un sonido
que quiere salir de nuestra cabeza.
Nos absorbe la materia gris...
una explosión de timbales que desgarra
los tímpanos.
No es música, es un acorde diabólico,
que se repite en nuestro interior.
Una jaqueca en 7 por 10, que va en aumento.
La música ha muerto a manos de un ruido
que se ha originado en las tormentas
de la locura.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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