y se desarrolla, lejos del estancamiento
en el empecinamiento que levanta los muros
de una sinrazón obsesiva.
El diálogo, como fuente de vida en un fluir
de emociones y razonamientos, para tratar
de vestir a la verdad con sus mejores galas.
Agitemos las manos o las alas, en ese verbo
que nace en el imperio de los sentidos
y que desde su crisálida, evoluciona
para elevar el pensamiento
hasta recónditos límites, donde la inercia
de la sabiduría, se completa mediante
la acción meditativa y la reflexión,
adquiriendo una visión panorámica
de todos los conceptos que se muestran
dentro de un sofisma, que cae abatido,
cuando los argumentos que lo contradicen,
tienen el poder de la luz
del conocimiento auténtico, en esa búsqueda
de la verdad, como herramienta necesaria
para estructurar con solidez nuestras vidas.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario