del alba, con sus blondos cabellos de sol
fulgurante.
En un radiante carro, cabalgan los corceles
del viento y con el ruido de sus cascos,
se despiertan iracundas tormentas.
El cielo queda sumido en una tristeza gris,
que nubla su frente con densas nubes.
La ira se desata desde el ático,
donde los dioses moran
y sus espadas flamígeras, descienden
sobre la tierra.
Las profundas voces del trueno, retumban
en los espacios vacíos, colmando
con su telúrica fuerza todos los silencios,
rompiendo la calma.
Un temeroso Sol, se oculta detrás de su trono
y las furias emergen desde los abismos
de los mares.
El viento es un cúmulo de nervios desatados,
que arrastran polvo y piedra.
El agua se derrama en lágrimas
de un incesante llanto.
Los dioses calmarán su sed de venganza
y una nueva plegaria se escuchará
brotando desde los labios
de los supervivientes.
Escrito en Diciembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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