recorre una extensión de la memoria,
separando del recuerdo, toda escoria,
que abunda entre el crudo aburrimiento.
Nos invade en su tesón y atrevimiento ,
cuando el ocio se convierte en pernicioso,
que no es bueno el pensamiento, si es ocioso
y se pierde así todo discernimiento.
El pensar es en la acción, por sus motores,
creación que se resuelve, manifiesta
desde el fondo de una fiel resolución.
Quien discurre como el río y sus rumores
y genera una idea, una propuesta,
en su vida encontrará una solución.
Escrito en Diciembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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