que el hálito sublime, busca impulso
que recorre en la tensión, su leve pulso
en la sangre del sentir, como una herida.
Una herida mortal, que va venciendo
la tristeza de vivir, negar su suerte,
pues más ciega es su verdad,que tras la muerte,
niega un ciclo, en que ya está sucediendo.
Busca el Sol, que por su eterna claridad,
da una imagen de una vida, más brillante,
que no vemos, aunque pase por delante
y se oculte, tras un velo su verdad.
Pues, la vida, persuasora en tu despiste,
te restriega su poder, por renovado,
otras vidas, que en su pulso, habrá ce
sado,
en recuerdo agrio y gris...
en tono triste.
Escrito en Diciembre 2016 por Eduardo Luis Diaz."zuhaitz".
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