en el rocío su aroma,
mientras el día desploma,
su luz de débil madeja.
Deshaciendo su destello,
en los montes y los mares,
pendiente en los avatares
de un sol caído en degüello.
La tierra con su corteza,
en su mudez, viene a menos,
se estremece con el trueno,
en telúrica certeza.
En toda la inmediatez,
del estruendo de la vida,
no existe regla o medida,
ni atisbo de sensatez
Siento todo desplomado,
ante una fuerte presencia,
que conforma, con su esencia,
el universo creado.
Se agita en la convulsión
del latido y el impulso,
de un sentir en leve pulso,
lejano del corazón.
No se guarda la emoción,
no quedan cimas o abismos,
se resuelve en los guarismos,
que rigen la creación,
Escrito en Diciembre 2016.Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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