desde tus tiernos labios,
que fluya la palabra o el beso
convertido en ave, para que anide
en lo más profundo de mi alma.
No me niegues el cascabel de tu risa,
ni el brillo cristalino de tus ojos deslumbrados y hambrientos de luz.
Eres una promesa por cumplir, donde el deseo, se transforma en caricia
y voz pronunciada.
Como en una cascada de agua pura,
se derrama sobre el lecho de mis sueños
o sobre el cauce de mis ojos,
que extasiados, te contemplan.
Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Diaz Exposito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario