miércoles, 14 de diciembre de 2016

Mi oscuro desván

Cada paso en el camino es un acento
y se rompe un acorde, salido del armario,
donde las viejas notas, olvidaron los arpegios.

El arpa dormía solitaria, detrás del quicio
de la puerta del desván
y se percibia un olor a viejo,
a polvo y humedad.
A chicle sin terminar su sabor
y a esas bolsitas de detergente,
para limpiar los suelos de madera.

Encontré unos viejos cromos en el arcón,
en donde quedaron guardadas,
todas las ilusiones que desestimé,
por hacer felices a los demás,
olvidándome de mí mismo.

Ahora me intento recobrar, 
no sin esa tierna melancolía,
que deja empañados 
los cristales de las ventanas del alma.

Escrito en Diciembre 2016 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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