lunes, 19 de diciembre de 2016

Sin brillo en la mirada

El peso de una mano, en el hueco
del corazón.
Hay frutas podridas, envueltas
en celofán rojo.
La risa pretende comerse a la angustia,
sin saber lo fácil que resulta,
pasar después al llanto.

Un hombre solo y su sombra,
un gesto estático y el frío 
en su mirada.
Las avispas merodean, picoteando 
sus pensamientos 
y todos hemos regresado, para encender 
hogueras en los caminos.

Escrito en Diciembre 2016 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".


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