tu imagen en el espejo,
de mi memoria y mi mente.
Añoro tu labio ardiente
y ese claro resplandor,
que aumenta desde tu amor,
en la flor de mis anhelos.
Con el cual remonto el vuelo
de mis sueños más secretos,
sin nada que sea concreto,
tan sólo la ensoñación,
que en mi triste corazón,
nace en cuanto te evoco.
Si he acertado o me equivoco,
el tiempo será testigo,
por confidente y amigo,
fiel a su condición,
sabiendo que el corazón,
no conoce los engaños
del transcurrir de los años.
Escrito en Diciembre 2016 por Eduardo Luis Diaz Expósito."Zuhaitz"
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