y todos los ideales mueren,
cuando las razones pesan
sobre nuestras conciencias.
Hay cristales que se clavan en los talones,
cuando pensando que las ilusiones perduran,
ponemos sobre ellos nuestros pies,
olvidando que la base es inestable
y no porque sea ilícito ilusionarse, sino porque
las realidades de otros,
son esos cristales quebrados,
bajo nuestros pies.
Llorar no soluciona nada, sino liberar
una carga emocional,
para seguir nuestra marcha
ligeros de equipaje.
Todo pájaro herido, lleva un perdigón
bajo una de sus alas e intenta volar
agitando sus alas en una pérdida de sangre,
que no del peso del perdigón.
He de volar, a pesar de mi muerte...
Pesan menos mis anhelos,
que mis realidades.
Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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