viernes, 12 de abril de 2019

¡ Ojalá nos volvamos a encontrar!

Apenas el perfume permanece en el aire
y una voz se pierde en la lejanía.
Se agita un pañuelo y con los ojos enturbiados
se pronuncian escasas  palabras,
 que tropiezan entre los dientes, mientras
una lágrima perfecta y redonda deja
un surco de sal en la mejilla.

Siempre se siente un hálito de aire frío
que queda en las despedidas
y surge un suspiro que escapa del pecho,
junto con el anhelo puesto
en el próximo encuentro.

Se diluyen las figuras,
como si una densa niebla, ocultara
los recuerdos compartidos.
Existe un vacío que va creciendo
y es difícil dejar todas estas impresiones
en los armarios del olvido.

Tan sólo los encuentros fortuitos,
recuperan ese sabor de un tiempo
que guardamos entre cartas amarillas
y tras los cristales velados, que quedan
en nuestra memoria.
La imagen es fiel, tan fiel como la fuerza
con que quedó impresa
en nuestras almas.

Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".




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