lunes, 22 de abril de 2019

La vida y sus efectos secundarios 

La vida no me produce apatía,
sino una latente inquietud por descubrir
porqué y para qué. Me pregunto si después
existe algo. Es una eterna pregunta, de la cual
ignoramos su respuesta.

Así que si tienes problemas,
no me habléis de Dios, no valen excusas.
Tenemos la capacidad de resolverlos
y si no lo hacemos es sólo responsabilidad
nuestra, no de un Dios que existe
o inventamos por comodidad.

Sin rozar el sibaritismo, diré a quien vive
sólo por procurar el placer, que el exceso
del mismo produce dolor. La única certeza
es que el dolor es real.

El amor se produce cuando
dos órbitas diferentes llegan a un punto
de conexión. Ocurre sin embargo,
que giramos tan rápidamente
en distintas esferas, que a veces...
No coincidimos.

Los pesimistas viven muy mal su realidad,
porque viven el dolor de su realidad.
Los optimistas piensan que los sueños
pueden hacerse realidad... pero siguen
¡SOÑANDO!.

Piensa por un momento, que todo
lo que te hayan contado es incierto
y si hay algo de verdad ¡ Por favor!
Ponlo en duda.

El destello de luz en la inteligencia,
no se produce en la mente, sino en el alma
y hace muchísimo tiempo que la perdimos.

Me agradaría juzgar a todos los jueces,
para que sientan lo que hacen con el resto
de los mortales.

La mayor joya que tenemos
es nuestro pensamiento . Todo lo demás
serán material de desecho tras la muerte:
Sangre, heces, sudor, lágrimas e incluso
la carne que antes de agitaba con las mareas
de nuestros sentimientos.

Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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