que escucho, para ver su contenido
detrás de la corteza de su superficie.
Al igual que el pan, se deben
hornear lentamente en el pensamiento,
antes de que salgan por la boca...
¡No vaya a ser que estén poco hechas,
o crudas!.
Hay palabras con poca miga y sin embargo,
dada su densidad y contenido, nos llenan
y alimentan nuestro espíritu.
Otras en cambio, tienen tanta miga,
que su excesiva masa produce una verborrea
inadecuada y poco nutritiva.
He desmenuzado las palabras
sobre un plato vacío y he visto
la harina integral en muchas de ellas.
Quiero saciarme del conocimiento de quien
conoce y sabe usar, con tiempo y esmero
la tahona, donde se cuece con filosofía
el pan con que alimentamos nuestras vidas
cada día, gestando la sabiduría
con las mejores palabras,
horneadas con tiempo en las memorias.
Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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