martes, 30 de abril de 2019

Encerrados en un tarro de cristal 

Se anudan los ojos con imágenes falsas
y las lenguas son atenazadas con promesas
y prohibiciones.

Caen pájaros muertos a los pies de los niños
que juegan en la playa con petróleo crudo,
buscando el último resquicio de vida
en algún animal atrapado.

No abundan las plegarias, porque alguien
declaró que Dios había fallecido
y la estupidez fué creciendo, contaminada
por la ignorancia.

Nadie vió una cruz, ni los herrumbrosos clavos
que fueron clavados en sus extremidades,
sólo una gran lona cubriendo el anfiteatro,
donde soltaron todos los temores,
que nos devoran y así queremos creer
en todas las mentiras, por una supervivencia
encerrada en un tarro de cristal,
desde donde nos observan como insectos
en vías de extinción.

Escrito en Abril 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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