martes, 14 de mayo de 2019

Durante un olvido premeditado 

Mi corazón no late, sino a impulsos
de una mirada, un gesto o un abrazo,
deseoso de desentrañar mis sueños de amor,
de entre las voces que huyen
desde las oquedales de mi habitación vacía.

Se produce un estruendo
 en el choque de conciencias
y a todos les parece un vulgar accidente,
cuando en realidad, ha sido una lágrima
que se estrelló contra el suelo,
maltratada por un desdén,
deslizándose irremediablemente
hacia la pena que queda en el vacío
de un olvido premeditado.

Escrito en Mayo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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