que condena eternamente a los infiernos,
ni puedo aparecer como un ser tierno,
si acabo por el mundo, destrozado.
Hay formas de matar los corazones,
sin que haya que verter tu sangre roja,
la suerte está en la forma qué tú escojas
¡No importan tus motivos o razones!.
Se mata la ilusión y los anhelos
y todo cuanto vayas construyendo,
es ardua la labor, si destruyendo,
le niegas alcanzar su ansiado cielo.
Negando por su hambre, hasta un mendrugo
de pan y el agua, que en su vida
ha de calmar su sed y sus heridas
y tomas la actitud de su verdugo.
Yo no debo matar a quien me mata,
porque lleva mucho tiempo ejecutando
esa tenaz labor, de estar matando,
oculto en las cloacas, con las ratas.
Escrito en Mayo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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