Necesito el aire que respiro, para elevarme
como hoja que mueve el viento
y enredar en el polvo de la tierra
haciendo remolinos.
Volar lejos, intentado de nuevo aligerar el peso
de las penas y cabalgar sobre los sueños
en la vasta pradera de mi imaginación.
Llenaré mis ojos de blandas lágrimas
de ternura y besos que aleteen en mis labios,
provocando una amplia sonrisa.
Necesito el aire que me robó la apatía
que sembrasteis en mi alma, para lanzar
un grito libre de garras o espuelas
que hieran.
Brotará el canto desde mi voz,
hacia las simas más profundas,
donde los oídos ajenos yacen durmientes,
poseídos por la ignorancia y sin sentir
la magia del embeleso de vivir
y disfrutar cada momento,
sin más planteamiento que el puro gozo
asomando tras el cristal
de unos ojos emocionados
Escrito en Mayo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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