¡ Oh, descarnado labio, en el beso entregado!.
Estoy desnudo de belleza y busco
la luz de tus cabellos, para cubrir mi piel
de asfalto cuarteado.
Quiero ceñirme de tu abrazo de cálidos ecos
y voces de alientos vaporosos.
En cada uno de mis pasos,
voy mudando mi piel de juventud
y sólo me quedan, aromas
que se extinguen en el aire,
como burbujas de jabón, que estallan
o sonrisas de niño, tal vez escondidas
en el quicio de la escalera,
por la cual ascendemos cuando sentimos
la necesidad de emocionarnos
con los recuerdos.
¡Vísteme de mieles y besos!
¡ De alas de mariposas o sonrisas!.
¡ Vísteme de ti! Para no morir aún,
porque he recobrado el sabor de la vida,
que un día mis labios perdieron.
Escrito en Mayo 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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