si presa tu razón del embeleso,
un labio se aproxima y posa un beso,
calmando todo ardor sobre tu frente.
Amar es contemplar en la vigilia
el sueño que se mece entre tu almohada
y el cuerpo aún reciente de tu amada,
sabiendo que su sueño se concilia.
La observas en la noche y se propaga
tu amor, como una luz que has encendido
y fiel a tu sagrado cometido,
evitas que su calma se deshaga.
Que pronto hallarás, que al despertar
te ha de colmar de dicha y de placeres
y juntos, todos los amaneceres
serán un buen comienzo para amar.
Amar, porque es feliz aquel que tiene
la dicha de su amor por compartir,
tal vez sea el secreto del vivir,
un tiempo, que al amar no nos condene.
Amar es ese instante, que en la gloria
nos hace recobrar nuestro sentido
y el pulso que nos dicta en el latido
del cielo que se guarda en la memoria.
Escrito en Abril 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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