jueves, 23 de abril de 2020

Tedioso Confinamiento.

El aire es denso y las calles,
arterias desangradas, vacías del flujo vital
que las transitaban.

Algún loco deambula
con los cabellos ensortijados por flores,
buscando una luna de sangre,
en el rostro sin luz de una enigmática
noche de silencios.

Se auguran amaneceres de copiosa lluvia
y tristeza tras las ventanas.
Las risas y las canciones fueron arrojadas
al vacío desde el ático y desayunamos
las pocas migas de esperanza, que quedan
entre las grietas de la ajada madera
de nuestra mesa.

Hoy es el mismo lunes de siempre,
carente de domingos de ayer,
festivos y de pan reciente.
Se enfría la comida en la desgana
de las horas vencidas y aunque pasamos
un paño sobre las ventanas,
 no vemos con claridad la luz que se filtraba
en nuestros hogares.

Una vez más la flor pierde otro pétalo
y el sol es el temeroso resplandor,
oculto entre las oscuras nubes de tormenta,
que amenazan un nuevo día.

Escrito en Abril 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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