jueves, 9 de abril de 2020

Lo ríos que fluyen en ti.

El ser humano está formado por ríos,
ríos que fluyen por su ser.
La sangre es un río que vaga por sus venas,
pulso y caudal de vida, que desemboca
en la océana muerte.

La sangre no nos vincula a nadie,
sino a nosotros mismos, hasta que cesa
su impulso y latido, entonces el tiempo
se extiende hacia una inmensidad
desconocida.

Es otro río el que nos conecta
a nuestros semejantes,
el río que agita con sus aguas
nuestras emociones y nos hace sentir
que nuestro fluido es idéntico a otros,
cuya desembocadura ha de ser idéntica.

El tiempo es el río que marca nuestras vidas
con sus huellas.
Incesante e invisible, sólo perceptible
en los estigmas que deja en los rostros
y en la piel que pierde su tersura.

Somos ríos caudalosos de aguas turbulentas,
que debemos pausar nuestro ímpetu,
para aprender a fluir, como agua mansa
que baña los valles más hermosos
que podemos contemplar.

Escrito en Abril 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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