lunes, 27 de abril de 2020

La esférica lágrima que brota en un recuerdo.

La lluvia melancólica golpea con sus gotas
los ventanales, creando arpegios
de triste música.

Una mirada se pierde en la lejanía
con los ojos entornados y en sus retinas
las aves de la ensoñación alzan el vuelo
hasta remotas tierras.

La niebla acaricia las verdes praderas
y hay un frío que cala en el alma
y un suspiro vaporoso que asciende
desde los labios a la atmósfera estática.

Las añoranzas afloran desde el corazón
y dan forma esférica a las lágrimas
que ya no pueden contenerse
en la emoción.

Es el impulso de un recuerdo,
la imagen que brota como semilla guardada
y despierta al sonido melodioso
de una canción.

Esa canción que nos unía
en las tardes otoñales, en las que las hojas
secas, bermejas, ocres y amarillas,
servían de tapete, donde posábamos
nuestros sueños y nuestras promesas.

Escrito en Abril 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario