o al menos, esos seres que la habitan,
por ello en su maldad se debilitan,
porque perdieron toda su inocencia.
Caminan sin saber con las tristezas
de hallar que sus destinos se han truncado
y todo su ideal se ha trastornado,
no queda compasión en sus cabezas.
No queda el ejercicio de pensar,
pues hacen su labor un algoritmo,
que piensa y que decide, que uno mismo
no tiene un argumento que enfrentar.
Y todo va perdiendo su valor,
mercado de consumo para el necio,
que piensa que vivir tiene su precio
y pierde su esperanza en el amor.
Quiero cambiar el mundo y me encomiendo
a dar un nuevo paso, decidido,
el mundo que he soñado y prometido,
no tiene solución con un remiendo.
Escrito en Mayo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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