jueves, 7 de mayo de 2020

Lágrimas sobre tu lápida.

Fue trepando despacio, hábilmente,
sin darnos cuenta de ser pared o muro
para el triunfo de su ascensión.

Sus raíces aéreas fueron creciendo,
mientras ciegos de dicha, nos sumimos
en la inconsciencia de un final inesperado.

Cuando dejaste de existir, un ave se perdió
durante su vuelo en el firmamento.
Una lágrima acompasó su ritmo y en silencio,
todos se fueron retirando.

Quedé mudo y absorto, contando las sombras
que acariciaban tenuemente la tarde vencida.
Entonces me sobrecogió la noche
y tu ausencia, y comencé a notar
el musgo de tu lápida, trepando
desde mis piernas hasta mi cabeza.
Proferí un desgarrado grito, que escasamente
mis manos pudieron contener.

Estaba solo, sólo con la pena y un dolor,
que como agujas se clavaron en mi alma.
Deseé estar muerto para acompañar tu viaje,
pero las estrellas me mintieron una vez más,
al recordarte viva, durante una noche de amor,
que soñé imperecedera.

Escrito en Mayo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".





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