Acaso una voz, un estremecimiento
de dura roca desprendida desde la cúspide
del mundo.
Morir o reinventar un mundo sin adjetivos
de gloria o patria, sin medallas que pesen
sobre nuestras conciencias.
Sin más calor que el sol de media tarde
y sin sangre derramada que mancille
la inocencia, tras la sombra de un crimen.
Reinventarnos o extinguirnos por todos
los males causados, cuando el remordimiento
quedó entre las faldas de la ignorancia
y sabido es que la ignorancia es la madre
del atrevimiento.
Desaparecer discretamente, sin homilías,
ni pesados sermones, desaparecer
como la niebla bajo la luz y descubrir
que todo vuelve a brillar, sin la opacidad,
que por nuestras ambiciones, ensucia
cada rayo de sol proyectado
en una nueva esperanza.
Escrito en Mayo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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