miércoles, 20 de mayo de 2020

Siento el calor de tu mano.

Recuerdos de mi infancia, aún temprano,
fue cuando, iniciando mi camino,
tu diste nuevo rumbo a mi destino
llevándome en mis pasos, de tu mano.

Por ti tengo aprendido, que en la vida,
no hay nada que se tenga por seguro,
por arduo, este camino ha de ser duro,
mas nunca he de rendirme en la partida.

Que los consejos son sólo una idea
para llevar a cabo decisiones,
sabiendo aprovechar las ocasiones,
sin el temor que el paso nos bloquea.

Por eso siento, que asumido
tengo todo consejo y enseñanza
y he de afrontar la vida con templanza,
por eso que de ti tengo aprendido.

El tiempo en nuestra vida, por escueto,
siempre resulta breve aunque nos cuadre
seguir siendo esos niños, que a la madre
la llaman sin cesar...Mamá Loreto.

Me amparo en mi tesón, pues nunca es ciego,
quien ama y con su fe tiende una soga,
que une voluntades y no ahoga,
no he de decirte adiós, diré: Hasta luego.

Te siento alrededor, en otro plano
y aunque te has ido, siento tu presencia,
perdona, si pecando en mi inocencia,
siento el calor y el pulso de tu mano.

Escrito en Mayo 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
( dedicado a mi prima Loreto ).

No hay comentarios:

Publicar un comentario