y sé de su existencia, lo presiento,
se halla en mi interior y así lo siento,
es algo natural, que causa asombro.
No creo en ese dios, que manipulan
de antojo, una y otra religión,
es mucho más sensato el corazón,
que obra en emociones que estimulan.
La fe, no debe estar en las doctrinas,
sino en ese sentir de lo divino,
que nos hace separar agua del vino
y si acaso no comprendes, recriminas.
Sentir esa presencia de lo Eterno,
eterno en esa luz de la Unidad,
que no hallaréis jamás, mayor Verdad
que la que brota al fin, del fuero interno.
Escrito en Diciembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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