viernes, 11 de diciembre de 2020

Recuerdos en una bolsa de canicas.

Desde mi infancia, algún recuerdo queda,
que guardo y que jamás tuve olvidado,
alguno tiene brillo de moneda,
tesoro en la memoria, rescatado.


Los que retornan, vuelven tan presentes,
que siento que fué un tiempo, no lejano,
hay cosas, que se agolpan en las mentes,
regresan y nos llevan de la mano.


Así, nuestra memoria, haciendo un guiño,
nos muestra la pureza de la infancia 
y vemos nuevamente en ese niño,
su tierna sencillez y su fragancia.


La madre nos peinaba cada día
un poco de colonia...y a la escuela,
pasamos ese tiempo y nos prendía 
un ansía de crecer, en duermevela.


Mirábamos pasar, algunas chicas,
imaginando bodas y futuros,
botando en nuestra bolsa de canicas,
con sueños y suspiros inseguros.


Recuerdo algunas veces mi niñez,
rodeada por un halo de tristeza 
golpeado por mi amarga timidez
en el centro del pecho y mi cabeza.


Allí en la pubertad, giré en pirueta
y de la magia, en la literatura,
brotó desde mi alma, este poeta
que canta su alegría y su amargura.


Escrito en Diciembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.








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