descubres el propósito de tu vida y el porqué
no lograste todas las metas,
que tu imaginación sin límites,
llegó a comprender, viendo que los límites
no son reales, pero si nos condicionan,
en la medida en que creemos
en su existencia.
Supimos entonces, que a medida
que vamos dejando atrás el camino,
solamente queda seguir y averiguar
hasta dónde somos capaces de llegar.
Todo tiempo pasado fué un sueño de ayer,
para despertar hoy y soñar con un mañana
inexistente.
Entonces comprendes, que la magia
está en ti, pero el conejo huyó de la chistera
y debes de crear otro juego, para sobrevivir
o intentarlo, al menos.
Llega un momento en que la única meta,
es conseguir llegar al punto de partida.
Nada es real, tan sólo aquello que pueda
afectar a nuestras vidas, en cuestiones
emocionales o en la cuantía de experiencias
que conformen el estatus de una realidad,
en la que te mueves...con mayor o menor
dificultad.
Comprendemos entonces, que lo aprendido
no sirve absolutamente de nada, tan sólo
para emitir un juicio que sea válido
en nuestras vidas, mientras éstas
se mantienen pendientes de un hilo,
cuyo grosor dependerá
de nuestra consciencia.
Escrito en Diciembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
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