El viento es un capricho, sin ideas fijas
o un corazón errante,
que expande las arenas que borran las huellas,
tantas veces pisadas.
La mirada se pierde entre el eco del silencio apuntillado de nostalgias
y una levedad de existir,
escapa en un suspiro.
El vapor que exhala la temblorosa boca,
indica que el frío, se ha mudado de nuevo en nuestra alma.
Hay hojas secas y pisadas
en el gris asfalto,
el sonido de un leve silbido
y un cierto olor a castañas asadas.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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