y necesidad de vuelo,
pues ya se alejó mi duelo,
y he vuelto a la lasitud.
Gran virtud es la paciencia,
pues el saber esperar,
da fuerzas al comenzar,
el camino en la experiencia.
El dolor y su aspereza,
me han causado malos tragos,
mientras lo pienso, divago
huyendo de mi tristeza.
Miro al cielo y mi nariz,
busca de Dios, el consuelo,
cómo si hallara en el cielo,
respuestas en su tapiz.
Mis ojos, en su desliz,
bajan y tienen en cuenta...
si la vida es cenicienta,
hay que intentar ser feliz.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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