vertido desde la muela,
rompiendo su rancia escuela,
en su blancura divina.
Masa de ese pan, que entrego
al calor de un horno altivo,
que engendra en el fuego vivo,
mis anhelos y mis ruegos.
Cuerpo de blanca mujer,
en hogaza convertido,
siempre fiel en su latido,
a un hermoso acontecer...
De la harina, en su simbiosis,
del blanco, al horno, dorado,
alquimia, que se ha engendrado,
desde su metamorfosis.
Harina, pan, en un ruego,
que nace de la intuición,
en toda transformación,
para renacerse, luego.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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