es lo que separa una realidad de otra.
Hay mundos de musgo y bostezo cautivo,
en el recodo del quicio, entre la consciencia y el sueño,
que se precipita en el abismo,
en el que desaparecemos
y nos encontramos navegando
en espumas inconcretas,
aspirando aires sin definir.
Espirales y volutas concéntricas
que se encuentran, para despejar
todo lo que se pueda palpar,
por no tener cabida en un mundo,
en el que el tiempo es elástico,
sin que la voluntad pueda intervenir.
Asmodeo no copia su arte y renace
en la tortura de morir, una vez acabada
su obra, para ser de nuevo el mismo.
El sueño es un arte que crea la mente,
para abatir la consistencia de lo perecedero,
en nuestras vidas morales.
Alas de mariposas en los párpados,
sumidos en la paz que alberga,
la caída hacia las nubes internas
de la inconsciencia,
donde los sueños crecen sin edad,
ni medida.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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