que la noche muere,
va naciendo el día
y una luz, que hiere,
pues son letanías
los amaneceres,
que destilan mieles
de extintos placeres
y una blanca mano,
coge en alfileres
y agujas de niebla,
miradas perdidas
de amores y enseres,
en los costureros
de algunas mujeres.
Una languidez
de cielo, se posa,
como blanda nube
o esa mariposa,
que emerge en los sueños,
de las blancas rosas.
Mientras todos duermen,
se pierden pinceles,
que pintan la imagen,
de angustias que duelen,
porque en el amor,
no todo son mieles
y el dolor acude,
para que receles
y un viento cruel
te impide que vueles.
Guardo en el amor,
todo su tesoro,
la imagen del ser,
que amo y que adoro,
porque en la tristeza,
que en mi alma muerdo,
deja en mi cabeza,
su dulce recuerdo.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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