son la fábula de la desesperanza.
La mutilación del espíritu,
cuando se rompe el nido,
donde llevamos a acunar
nuestra felicidad.
Se desgarra un grito
en jirones de voz, donde el silencio,
deja amortajar la calma,
que hábilmente secuestramos
en ese minuto, largo e incierto,
donde parece que todo
pueda suceder.
Se rompe una armonía y se crea
una música barroca, de voces orladas,
en nubes de gloria.
Un álgido tono, destaca en la cima,
abandonando la potestad
de igualarnos a los dioses,
mientras ascienden los trémolos
y descendemos, irremediablemente,
hacia el vacío que dejamos,
en nuestras limitaciones.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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