como un error cometido;
sin saber dónde ha nacido,
se instala en nuestra cabeza.
Y produce una aspereza
sobre el fino paladar,
cuando se comienza a andar,
separando la maleza.
Algas en pies enredadas,
musgo de años, las sienes,
se acaban todos los bienes
y todo se queda en nada.
Nada queda, ni perdura,
sólo la satisfacción
de ser fiel al corazón
y tu fe, como armadura.
No existe mayor verdad,
que ser fiel a tus principios,
caminar desde el inicio,
vestido de tu bondad.
Escrito en Noviembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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