jueves, 1 de agosto de 2019

Acaso un remordimiento 

Ayer no fue perfecto, porque no duró
el tiempo necesario para volverlo a sentir
hoy.
Se durmieron tus pechos,
 dentro de tu blusa de seda y el instinto
perdió su referencia de cáliz desbordado ,
advirtiendo una alerta, para limpiar acaso
un pecado perfecto y estructurado.

Sonaron las campanas y sonaron con furor,
enmascarando una alegría que se confortaba
en la desilusión de otros.

El mar ha sido el sepulcro que quienes
robaron los tesoros sin remordimiento,
levantando olas en un clamor gigante,
que se adueñaron del cielo,
rompiendo el aire en mil gotas
o lágrimas lunares, que descendieron
con la lentitud de un ánimo vencido,
por un mal que infectó
 desde la yema de los dedos hasta la palma
extendida hacia infinitos impalpables
e imprecisos.

Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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