lunes, 5 de agosto de 2019

Esa textura indescriptible que llamamos AMOR 

Dos palomas yacen inertes en el nido
del absurdo, ya no vuelan
 y en la estática quietud del conformismo,
van perdiendo sus plumas,
como se pierden los sueños,
en una irremediable inquietud
que impide cerrar los ojos, para ver
más nítido.

Dos palomas enredadas entre los espinos
que brotaron de su propio dolor
y ese mancillado ánimo
que se va abandonando en la negrura
de las aguas quietas, cuando la emoción
deja de ser motor de las voluntades.

Somos tú y yo cariño, atrapados en el hastío
y el desdén con el odio transmutado
en  una indiferencia letal, que nos va quitando
una a una esas alegrías que manaban
en ríos cantarines
 y cascabeles  de sonoras risas.

Cuando tú y yo compartíamos algo tan grande
que no supimos sujetarlo entre ambos
con nuestras manos.

Esa textura indescriptible que llamamos
AMOR.

Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".








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