lunes, 19 de agosto de 2019

Cenizas en el tiempo y la memoria 

Otoños de lánguidos crepúsculos.
El tiempo devana el hilo de la vida
y no se puede estirar más.

Se vive con el temor de una próxima ruptura
y a cada amanecer, le vence la nostalgia
que regresa cada noche en la soledad
de una habitación vacía, pero llena
de ingrávidos recuerdos, que flotan
en la densidad del aire, cuando un suspiro
se produce durante una inevitable evocación.

Entonces, te das cuenta
de que naces y mueres en esa profundidad
del ser, que te aísla del resto del mundo,
para encontrarte contigo mismo
y tratas de soportar esa levedad,
que es la vida durante un breve espacio
en que la razón te dicta la sentencia última
y es que eres tú en cada situación
y vivencia.
Todo lo demás pasa y nada queda,
sino cenizas en el tiempo y la memoria.

Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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