mirando en tus ojos, ascendiendo
asido a tus cabellos de espigas jóvenes
o flores primaverales, para desde allí
soñar contigo, cuando la distancia
se interponga como un muro infranqueable.
Siento tu tibio aliento en mi nuca,
cuando susurras mi nombre al oído.
Te amo , me vuelvo lentamente
y deslizo mis manos sobre tus caderas,
mientras busco tus labios de fresa fresca
y tu lengua con textura de melocotón.
Bebo en tu beso, tu almibarada saliva
y mis ojos giran enloquecidos
dentro de sus órbitas.
Te siento y te presiento, antes y después
de cada encuentro y necesito establecer
un vínculo más fuerte, para romper
todas las barreras que pretendan separar
nuestros cuerpos y nuestras almas.
Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz ".
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