para quemarme en su fuego,
ni que beba de tu sexo el placer que destilas
en aguas virginales.
Piensa que soy un náufrago sediento de ti,
que me das la vida en esa convulsión telúrica
de volcán que duerme un largo sueño
y despierta, para derramar
sobre mi cuerpo de agua, todo el fuego
de sus pasiones más ocultas.
Piensa que soy la entrega que facilita
el acceso al paraíso, si al amarte sientes
burbujas de amor y granos de pólen,
cubriendo tu cuerpo de sensaciones,
que hacen vibrar tu alma y suena en tus oídos
la melodía más dulce que jamás
hayas escuchado.
Adoro la música que guardas y me descubres,
cuando tu cuerpo es tañido como un violín,
con mis caricias de brisa y seda.
Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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