domingo, 18 de agosto de 2019

Transmutar el dolor añejo 

Estoy impregnado de secuencias que dejan
la memoria en gajos y cada imagen
se proyecta en los sombríos recodos,
que en el pasado han dejado
un sabor de olvido, trasnochado tal vez
y agriado en la esclerótica perdida
de los días caducados.

Aumenta la presión en el pecho,
como si una válvula regulara las emociones,
que no podemos sujetar en los estribos
de nuestras cabalgaduras.

Entonces, un dolor de acicular presencia,
se manifiesta en el corazón
 y volvemos a sentir,
que todo lo que quedó por hacer,
vuelve a recobrar su forma
en nuestros pensamientos.

A veces, los recuerdos suponen esa tortura
en la conciencia que flota
en nuestra superficie, desde lo más profundo
de la entraña, es entonces cuando debemos
demostrar el valor que perdimos
en el reconocimiento de todas las lágrimas
que no supimos trasmutar, para que el dolor
no se acomode en nuestras vidas.

Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz.




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