yo quiero multiplicar
y aprender sólo a pensar,
pues por mi, nadie decide.
Quiero empaparme de ciencia,
pues la ciencia del saber,
abre un nuevo amanecer…
no se trata de obediencia.
Se trata de conducir
al niño, por el camino
para que forje un destino
que le ayude al bien vivir.
Un niño no tiene dueño
y hay que ayudarle a pensar,
pensar por si mismo, expresar
que tan sólo es muy pequeño.
Que a pesar de ser semilla
muy pequeña, si florece,
sorprenderá cómo crece,
fuerte y a la vez sencilla.
A la semilla de un roble,
tan sólo el tiempo madura
y su aprendizaje dura,
hasta ser un árbol noble.
Pensar y usar la cabeza,
base de una educación,
que el niño con su intuición,
ha de ganar en nobleza.
Escrito en Mayo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito,”zuhaitz”.
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