sus huevos, en las oquedades de los globos
oculares de una calavera.
Sus dientes apretados pueden expresar,
risa, llanto o rabia contenida.
La larvas crecerán entre la penumbra
de una lápida y la mortecina luz de la tapia
del cementerio.
Nadie leerá un responso, ni una oración
por el alma del difunto, ésta huyó despavorida
ante tanta maldad.
En ocasiones, es prácticamente imposible
escapar de los infiernos y más aún,
cuando nuestros pies de derriten por el calor
de unas ardientes brasas.
El alma se consume entre el vapor del llanto
y la sangre gotea desde el cuerpo,
para calcinarse lentamente, consumida
entre las llamas.
No existe piedad alguna, no hay perdón…
¡Haberlo pensado antes de cometer
tu crimen y profanar el silencio
con tus injurias!.
Escrito en Mayo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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